El proyecto nace de la tierra con elementos tectónicos que definen los diferentes ambientes. El volumen se desarrolla sobre la topografía existente y se funde en el paisaje como un elemento orgánico natural.
Cuerpos sólidos y macizos: los "Sólidos" forman un paisaje tectónico entre los cuales emerge un espacio abierto y fluido, que se abre desde el interior y fluye hacia el jardín, como si fuera su extensión natural. Los espacios que requieren mayor privacidad se insertan en volúmenes sólidos y regulares, cerrados y silenciosos, que se disponen en el conjunto para crear un espacio elástico y fluido entre ellos. De este modo se define un paisaje interior que se desarrolla como una secuencia espacial hacia el exterior. Los ambientes más privados, regulares y silenciosos tienen una relación discreta con el mundo exterior, mientras que el paisaje interior orgánico, dinámico, abierto y extrovertido se abre y discurre hacia el jardín.
El jardín se convierte en un microcosmos, que se desarrolla en diferentes niveles dependiendo de la topografía del terreno, pero también de los movimientos de la tectónica construida, y se integra con ellos. Todo el sistema está formado por espacios abiertos, cerrados y sinuosos, cuyas cualidades espaciales garantizan la privacidad necesaria para las distintas funciones.
Para la construcción se utilizan materiales y conocimientos técnicos locales, como la piedra natural y la tecnología de arcilla o ladrillo cerámico. Las paredes, los suelos y los techos están hechos del mismo material: tierra etíope de color rojo ocre, combinada con piedra y madera etíopes para el interior.